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El ser inmigrante (18-D DÍA DEL INMIGRANTE)

Ser inmigrante implica haber pasado por la preparación de un viaje. Implica haberse despedido poco a poco de todo mientras se empacaba aquello que se estimaba necesario. La espera en un puerto, aeropuerto o estación de buses sería el paso previo a la partida.
La partida implica una trayectoria. Si la trayectoria ha traspasado las fronteras nacionales, los que se han ido son migrantes internacionales.
La o el que ha inmigrado, ha ejercido su derecho a emigrar. Nada más y nada menos, que un derecho reconocido por la Declaración de los Derechos Humanos[1]. Sin embargo, durante el proceso de emigración, se deja de ser ciudadana o ciudadano de un país para convertirse en inmigrante, esa especie extraña que bien podría provenir de los delirios de Kafka.
La etiqueta de extranjero es como la talla única, en esta categoría entran los no nacionales asentados, sean europeos o latinoamericanos, por decir algo. Pero lo que se entiende por inmigrante suele retar la imaginación. De pronto los inmigrantes somos unos seres exóticos, casi mágicos, provenientes de lugares ignotos, de allá no sé donde, pero pobres. Y es entonces cuando la reflexión de H. M. Enzensberger nos atropella: “El forastero será tanto más forastero cuando más pobre sea”[2].
El motivo de nuestra migración parece ser único y está claro para la sociedad autóctona, la pobreza. Sin embargo, detrás de cada decisión yace una serie de razones. Sobre ello habría que preguntar a las personas desplazadas por causas ecológicas o a aquellas mujeres separadas que han emigrado para dejar atrás historias de maltrato, por ejemplo.
Cuesta ver que las y los inmigrantes, y más aún si provenimos de Asia, África o Sudamérica, somos personas, y no cromos de los álbumes de naturaleza. Somos un colectivo de personas heterogéneo, con razones para migrar igualmente diversas.
En resumen, ser inmigrante no es tan fácil. A muchos nos ha tocado enfrentar los prejuicios de la gente autóctona, la percepción de ser los extraños, la aventura de buscar un trabajo, la dificultad de expresarnos en un idioma distinto, los angustiosos procedimientos para conseguir un permiso, etc.
Pese a todo ello, las personas inmigrantes cada día hacemos de ese lugar ajeno un lugar nuestro, aunque en silencio la tengamos jurada algún día volver a casa, ¡total si hasta Ulises pudo regresar a su Itaca!. Pero, luego de 20 ó 30 años de asentamiento, me pregunto si aún deberían llamarnos inmigrantes ¿o es que nunca dejamos de serlo?
Lo que no dejará de ser, está claro, es que la humanidad se mueve: “En cualquier época, y por las razones más diversas, una parte importante de la humanidad siempre ha estado en movimiento: de forma pacífica o forzada, en simple migración o huyendo; una circulación que necesariamente tenía que dar lugar a continuas turbulencias…”[3]. Alemania es el mejor ejemplo de esto, aunque actualmente parece tener algunos problemas para recordar su pasado migratorio[4].
El 18 de diciembre fue proclamado por las Naciones Unidas como el Día Internacional del Inmigrante para recordar la fecha del 18-D de 1990, día en el que la Asamblea General aprobó la Convención Internacional para la protección de los derechos de todos los Trabajadores migratorios y de sus familiares. Ojalá todas y todos, sin importar de dónde seamos, a dónde vayamos, ni cuánto dinero tengamos en el banco, pudiéramos seguir siendo simplemente personas humanas en cualquier lugar. No olvidemos este nuestro día, ni las razones que nos llevaron a emigrar.

Un gran saludo,

Gabri.


[1] Art. 13. 1. Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado. 2. Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a su país.
[2] Enzensberger, H. M. (2002): La gran migración, p. 42.
[3] Ibid., p. 12.
[4] Ibid., p. 57: “…entre 1955 y 1986 emigraron cada año entre 400.000 y 600.00 alemanes, hecho que curiosamente se silencia en la discusión política.”

Comentarios

Gabriela Vilchez ha dicho que…
Este artículo ha sido publicado en www.peruanos.net

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